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miércoles

 Son días en los que tengo mucha ansiedad. Sé que me repito y que poco a poco deja de ser tan creíble. Pero hay días en los que todo se me hace bola. Hay momentos en los que creo que no puedo respirar, me falta el aire, momentos en los que a la primera de cambio mis emociones están a flor de pie. Y estallan. Y pienso en su ausencia, en lo mucho que daría por volver a escribirle, escuchar su voz. Un abrazo. Con la piel salada. Que me dijese las cosas como son, sincero como siempre ha sido, duro. Sin rodeos. Pero quizás debo asimilar que no es la misma persona de la que me enamoré. Esa persona optimista que creía en que todo era posible. La que apostó por mí. ¿Volvería a hacerlo? Yo le quería en serio, no voy a mentir, me costó muchísimo acostumbrarme a estar sin él, pero me dolía... No tiene ni idea de cuanto amor me costó dejarle ir. Y claro que me voy a acordar de él, si le di hasta lo que no tenía, pero él no lo vio. Le ganó el dolor, le ganaron las heridas que le abrieron antes de que llegara yo. Yo juro que quería cerrarlas pero no quiso. Siempre habrá una canción, un perfume, un lugar que me haga pensar en él, pero ya no le espero, ya no puedo esperarle, porque me dolió, aunque tengo que reconocer que fue un dolor tan bonito que no puedo odiar. Porque odiar es para la gente débil y yo con él me sentí fuerte. Me queda agradecerle la lección que me enseñó, me queda agradecerle que llegó y aunque se fue, el tiempo que estuvo conmigo fui feliz, muy feliz, tanto que ni él lo entendía... Pero repito, no tenía ni idea de cuanto amor me costó dejarle ir. Pero la vida sigue y pasó de ser mi "para siempre" a un "lástima, te quería en serio". Y le dejes lo mejor porqué Jamás quisiera que sintiese lo que sentí yo.

jueves

Un tren en marcha

 Ayer vi la película "Cualquiera menos tú". Tenía muchas ganas de verla porque me dijeron que era una película optimista, tierna y con su toque de humor. Razón no le hizo falta. Salí con una sonrisa en la cara, con algún que otro suspiro. Y es que la verdad, el amor como lo pintan, es difícil de encontrar. El amor ingenuo, la conexión de dos desconocidos que se vuelven locos las primeras horas de cruzarse. Arriesgarlo todo, hacer ese acto de locura que te demuestre que vale la pena. Existe, lo sé. Pero creo qué es difícil de encontrarlo. Escasea en un mundo donde a medida que pasa el tiempo, estamos menos comprometidos incluso con nosotros mismos. Donde la vida qué más importa es la que vivimos a través de la pantalla y no a través de nuestros ojos. Un mundo donde las personas no indagan en sus emociones y sentimientos porque creen que la vida es más sencilla así. Porque es mejor pararse y que la vida pase, dejar que nos sorprenda a buscar un motivo por el qué vivir. Creo en el amor y qué hay personas que se vuelvan locas por experimentarlo. Al menos yo lo hago. No sé si sería capaz de saltar de un tren en marcha, pero seguramente no dejaría marchar al tren. Y arriesgaría un poco, solo por sentir. Porque prefiero un minuto de puro éxtasis a una vida sin la electricidad que recorre tu cuerpo cuando cruzas una mirada, cuando entrelazas las manos. Cuando hay contacto y escuchas un corazón palpitar. Soy fiel creyente de que hay coas en la vida por las que vale la pena arriesgar. 

domingo

Hablemos de lo emocional

 Mires donde mires hay algo bonito. Solo es cuestión de buscarlo. Quizás el reto más grande que pueda existir es buscarlo en un vagón de metro lleno a hora punta en pleno centro de Madrid. Ahí donde todo el mundo tiene prisa, piensa en uno mismo y en poder llegar. Incluso ahí te invito a que busques algo bonito. Te juro que puedes encontrarlo. Y cuando seas capaz de hacerlo, te prometo que tus días cambiarán. Tu mirada cambia, tu expresión cambia. Y aquellos que estén presentes lo notará. Disfruto con las conversaciones junto a los extraños, con las conexiones inminentes que duran solo un rato. Después se van y solo dejan un recuerdo cálido que dura todo el día. Quiero ser capaz de abrazar estas emociones y permitir que me guíen en mi día a día. Que prolonguen mis telómeros y me hagan sentir siempre agradecida. 


Las palabras son un gran don de la comunicación ¿te atreverías a decir qué es el único? A veces me abruma un sentimiento de incertidumbre, no lo puedo negar. Me encanta hablar, podría estar horas expresando lo que pienso, cómo me siento. El otro día tuve un momento precioso hablando con dos grandes amigos. Entonces, uno pregunto "¿vosotras siempre tenéis estas conversaciones tan profundas cuando os juntáis?". Nos reímos. La respuesta fue unísona: Sí. 


Y yo me pregunto ¿Qué sería de nuestra vida sin los sentimientos? ¿Qué sería nosotros si no podemos expresarlos? Y ahí viene mi miedo. ¿Y si alguna vez no consigo comunicar lo que pienso? Todo aquello que siento.  No lo voy a negar, tengo una herida en el corazón. Es pequeña, pero es de aquellas que cuando piensas en ella escuece y te lloran los ojos. Me considero una persona muy fuerte, emocional, sentimental, empática e inteligente ¿por qué este año me he sentido tan estúpida? Porque lo soy cuando sé usar las palabras y cuando realmente he querido hacerlo, no he sabido como. Lo siento, me siento estúpida en un idioma qué no es el mío. Y mira que lo he intentado. Siento que sólo soy capaz de comunicarme con el lenguaje internacional de las miradas, las sonrisas y las lágrimas. Pero ojalá algún día. Ojalá algún día esta herida sane y deje de escocer. Ojalá un día sea capaz de demostrar lo inteligente que soy en un idioma que no es el mío. Y ojalá puedan verlo y estén preparados para entenderlo.


Dedicado al chico del vagón que vio mi alma rota, inundada en lágrimas y sin palabras, me sanó un poco el corazón.


jueves

PAS

Un día escuché el podcast de una de mis psicólogas favoritas, hablando de las personas PAS. También llamadas personas altamente sensibles. No sabía que alguien podría describirme así de bien y saber que hay más personas así en el mundo. Hoy he visto el dolor en los ojos de un amigo, he visto su sufrimiento y el ruido en su mirada abastecido por un montón de pensamientos y emociones que ni él mismo era capaz de expresar. Pero yo lo sentía como si fuera mi propio dolor. Quizás porque ya lo he vivido, quizás porque estoy en ese proceso, Pero es increíble como duele. La vida parece tópico, pero son trenes, trenes que pasan una vez y que cuando te quieras dar cuenta ya lo has perdido. Te aferras a la idea de que quizás pueda volver a pasar otro en la misma dirección pero normalmente sigues esperando una estación y no vuelve. En ese momento esperas en la estación hasta que tu cuerpo no puede más, hay personas que deciden cruzar el andén arriesgando. Y pese a todo y hay personas que simplemente deciden tomar un tren en otra dirección. Quizás ambos estamos esperando en una estación a un tren que nunca llegará. También es posible que seamos unos románticos y pensemos que la vida está llena de oportunidades. Pero por desgracia, esas oportunidades no nos llegan. Porque da igual cuánto quieras con el corazón, como de puros sean tus sentimientos, que a veces no es el lugar, no es la persona, no es el momento. Y quizás eso es lo que más duele, aceptarlo y cargar con ese dolor hasta que un día simplemente no pesa . Está bien sentirlo, está bien vivirlo. Pero siempre quedará ese porqué y esa sensación de que siempre habrá un vacío en tu corazón. Nosotros que priorizamos las emociones antes que lo material, que priorizamos los sentimientos y luchamos por ellos como si fuéramos el único soldado en una batalla que sabemos que no podemos ganar . Ojalá ganes amigo. Ojalá el mundo pueda ver lo maravilloso que eres. Yo a estás alturas quiero creer que me he rendido. Y ese es el dolor con el que ahora vivo. 

martes

Quizás parar

 Dejar de luchar. De sentir. Dejar de llevarse por las emociones. Dejar de sufrir. Que todas las noches me acuesto llorando. Dejarte ir 

miércoles

Como respirar

 Aún no me acostumbro a no poder contarte aquello que me da felicidad, sin ser consciente que eso eras tú. Felicidad 

lunes

  Me da la sensación de que voy a estar escribiéndote todos los días simplemente para pensar que lo hago de verdad. Que estás a través de la pantalla y que puedas escucharme. Como si pudiese contarte mi vida y rieses mientras me vacilas.  Y eso me saca de quicio por qué no sabes que en realidad me encanta. Me siento todos los días a solas en mi habitación y no puedo dejar de pensar en todas tus palabras, como duelen, todo lo que dijiste. Incluso pienso en todas las cosas que creo que nunca dirás. Me quedo con la duda de saber que algún día volverás, si tendrás intención de hacerlo.  Has dejado muy vacío mi corazón, cuando pienso que ya  estoy recompuesta vuelvo a romper a llorar. Y lloro durante mucho tiempo, parece que nunca va a sanar.  Me acuerdo de ti todo el tiempo, hoy me ha dolido mucho coger un libro italiano y escuchar tu maravillosa lengua salir de mis labios. Quería decirte que hoy he hecho una spesa inteligente y he empezado a contar los nutrientes.  Como aprendí de ti, aunque nunca te diste cuenta. Enriqueciste mi vida en tantos aspectos que ahora mismo formas parte de ellos. Y solo me queda eso. Ojalá pudieras leer todo esto. Ojalá no te desvanecieras como lo estoy haciendo.